miércoles

18 de noviembre de 2013

Me siento superada, ha sido como meterte en un túnel del tiempo donde lo malo había desaparecido y todo estaba hecho de buenos y alegres recuerdos, todo lo maravilloso que construimos y descubrimos entonces, aparece justo ahora cuando más lo necesito, se hace eco para asistirme en este arduo viaje que sólo acaba de empezar. Como una estrella polar, seguiré vuestros recuerdos para encontrarme, como hacía nuestro ángel Michael.
La vida en general no nos ha tratado mal, pero aquello supuso empezar a caminar poniendo el listón muy alto, cualquier cosa a partir de ese momento, y lo teníamos todo por hacer, se pondría al lado para compararse y ponerse a juicio, casi nada, en todo este tiempo, ha superado aquello que hicimos, aquello que compartimos, cosas pequeñas e intensas que nos enseñaban todo lo maravillosa que podía ser la vida. Amé, subí montañas, planté árboles, reí a carcajadas, y aprendí a vivir sin aquello. Se desvaneció. Hoy quiero saber como se definió, como se elaboró, como hicieron Chus y Víctor para poder cumplir ese sueño de todos.

He hecho muchas cosas mal en este tiempo, me olvidé de mirar alrededor y miré demasiado para adentro, traté de ser feliz e hice daño en el intentó, ahora me siento perdida, como esta sociedad, falta de valores. Quiero parar, como ayer mismo me decía Michael, its time to stop and to think what I want, what I really need. Ahí voy, a parar y a pensar que quiero de mi, qué es lo que necesito y dónde. Tened la certeza de que en cualquiera de esas decisiones, vosotros estaréis presentes para determinarlas, gracias por la ayuda pequeños, os quiero.

lunes

Ya marcha...






14 de octubre de 2013

De repente me encuentro rebuscando entre textos olvidados una señal de que fuese real…
Como quien buscase un objeto de valor en un vertedero.

Sólo dejé el título de una entrada sobre aquello, nunca me atrevía a escribir en público todo lo que dolió la ruptura, aunque por derramar, derramé litros de un compuesto mágico hecho de lágrimas, acrílicos, carbón y tinta.

Cuando apenas llevábamos meses, cuando era todo bonito y perfecto… cuando nos deseábamos en cada rincón y sabíamos que pronto nos tendríamos que separar, él me regaló una libreta, una libreta preciosa en la que escribió cosas de nosotros, en las que me dedicaba canciones, pegó fotos e hizo dibujos en un intento de hacer algo que sabía que no iba a defraudarme… Fue uno de los regalos más bonitos que nadie nunca me ha hecho, la libreta tenía muchas hojas en blanco y me invitaba a que la escribiésemos entre los dos con nuestra historia…

Yo acepté el reto, con tanta torpeza, que una de las primeras cosas que escribí fue una preciosa poesía del gran Pablo Neruda… antes de escribirla apuntaba: “Ojalá esto nunca nos pase, pero si algún día pasase… esto sería lo que te escribiría…”

 Ahora me encuentro con la necesidad de hacerlo…

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío. 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. "

El final de nuestra historia estaba escrito bastante antes de que llegase el final, los dos sabíamos que se iría, y que con la partida, se acabaría nuestra relación, no porque dejásemos de querernos, no porque no nos deseáramos, sólo porque ya no podíamos estar juntos, ya no nos soportábamos. Lo que no sé, o sí y es lo más triste de pensar, es el por qué no nos separamos antes, por qué dejamos que las malas formas se instalaran a nuestro lado como compañeros de piso…

 El día que nos separamos, después de haber estado juntos 3 años y 3 meses, con 2 años de convivencia, nos despedimos con un pico y un abrazo, yo no me esperé en el aeropuerto para verle partir, para acompañarle en los últimos momentos de su vida en Elche. Hasta pasadas dos semanas no me di cuenta de lo que había sucedido… Le perdí… Durante el primer mes le escribía como si aún fuésemos pareja y me tuviese que querer, como si tuviese que serme fiel… El luto por su pérdida fue insoportable…

Él me escribió a los 5 días de marchar tratando de expresar lo raro de la situación… poner palabras a algo extraño que no eres capaz de definir. Me dijo que quería hacerme saber que seguía sintiendo algo, un algo sin adjetivo, un algo de importancia, un algo de miedo y de vacío, ese mismo algo que yo sentiría más adelante cuando él recorría toda Latino-américa y yo me quedaba en el mundo que habíamos compartido. 

Siempre supimos que no podíamos estar juntos, que lo mejor era lo que había sucedido, pero Dios, qué duro es acostumbrarte… El día antes de partir a su periplo, el 28 de diciembre de 2011 me habló de sentimientos por última vez, abrió su corazón de esa manera tan tierna que le había caracterizado en nuestros días de vino y rosas:
“hola little. solo queria decirte un final adios porque creo que lo mereces mas que nadie. quiero que seas feliz y que no me olvides y que aunque no seamos novios , seguiras siendo algo importante para mi en la vida y espero que yo pueda ser algo importante tambien para ti. bueno ya me despido. be happy little. y suerte con todo. y hablaremos algunos de los dias cuando ya yo este en mejico o algo y me contaras que tal. Un besito xxxx” 

Me agarré a estas palabras como si mi vida dependiese de ello… Las repetí infinitamente… Efectivamente nos perdimos de la noche a la mañana. Durante meses y meses fui incapaz de acercarme a un hombre de verdad, no quería que me pudiesen dar placer o cariño, estaba despechada, herida y era peligrosa… Me perdí cosas, o no. Y aún, sus fechas señaladas, eran las mías y le busqué, una y otra vez, y no le conseguí…
Hoy han pasado ya casi 3 años, le he vuelto a ver en dos ocasiones como unos tres minutos en total, a veces hablo con él, las nuevas tecnologías es lo que tienen… Le aprecio mucho, quiero que sea feliz, que la vida le sonría y que no le hagan daño, pero:

“Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto le quise”.

Dentro de 12 días haríamos 6 años juntos.

miércoles

2 de octubre de 2013






















Fue tan maravilloso participar en este proyecto de Virginia Rodríguez
con su cuento E-U-LOGIO CARACOL,
Y todo lo que nos queda por llegar!!!
;) Gracias VIrginia!!!
 

jueves

19 de septiembre de 2013

Trobava la manera de dir les paraules més boniques al foc...
Cuinava per a deixar clar quant els volia.
I sempre trobava resposta...
Els plats buits.

(Hallaba la manera de decir las palabras más bonitas en el fuego...
Cocinaba para dejar claro cuánto los quería.
Y siempre recibía respuesta...
Los platos vacios.)


lunes

9 de septiembre de 2013


En la parte de atrás de mi casa hay un canal tapado por un camino, para acceder tienes que caminar unos 100 metros por un sendero pegado a un barranco, el barranco tiene un puente por el que pasa este canal. Cuando éramos pequeños, mis primos, mi hermana y yo, con los perros y no sé si también con mis tíos y mis padres íbamos a bañarnos por el canal, el canal llevaba el agua de riego que abastece a todo el sur del campo de Elche, la experiencia era genial, el recuerdo está grabado por la intensidad de las sensaciones.
A veces hacíamos excursiones también por el barranco, lo bajábamos arrastrando los culos a modo de tobogán, la pendiente era pronunciada, lo es ahora en realidad, porque entonces no existían ese tipo de miedos... A veces aún recorro esos lugares que han dejado de ser tan inmensos y bonitos como entonces, y la nostalgia recorre mis venas.
A veces, en las piedras enormes que había debajo del puente encontrábamos perros muertos, algunos los intuíamos por las patas que quedaban fuera de las bolsas de basura, otras veces estaban ahí tirados, sin bolsa ni nada, recuerdo como si fuera ahora el impacto que aquello causaba en mi... no podía entender aquello... lanzaban a sus perros desde 10 metros al vacío para que chocasen contra piedras y los dejaban ahí, hasta que el paso del tiempo y el Sol abrasador del levante intentaba borrar las pistas de la barbarie, pero nunca pasaba... siempre quedaban los huesos... y la memoria... Ya no he vuelto a ver desde hace mucho... Y no sé si es que casi no paso por allí o que ya no hacen ese tipo de barbaridades.




2 de septiembre de 2013

Vuelve todo a colocarse donde no debe, los días hermosos de los almuerzos con jínjoles han dado paso a tristes paseos con olor a pis. A lo largo de todos estos años ha habido pocas veces que ir a trabajar o a estudiar fuese un suplicio, una penitencia, era señal de que algo no funcionaba. Y es lo que está ocurriendo. Este lugar me consume, debo encontrar un nuevo lugar donde pueda ser feliz profesionalmente.


martes

2 de julio de 2013

Hacía mucho tiempo que no contaba los días, ha vuelto a ocurrir, los estoy volviendo a tachar...

viernes

21 de junio de 2013

Me ha vuelto a picar el virus del mal. Perdida me encuentro, necesito ese remedio mágico que convierta mi mente y al ma en un lugar estable y tranquilo

jueves

30 de mayo de 2013

Todas las mañanas se sentaba en aquella misma esquina, todas las mañana a la misma hora yo pasaba por el escaparate de aquel bar que satisfacia las barrigas de funcionarios, guiris y ejecutivos, y él, un chico de unos 25 años , con los ojos como surcos en un rostro casi perfecto, siempre estaba allí. Para mi era un alivio, sabía que al menos a las 8 mi vista iba a gozar de la belleza masculina. Pero hoy no estaba... Me preocupó, me he agobiado, he tenido que parar mi paso, he tenido que buscar entre las mesas a ver si por algún casual ese hombre que ahora ocupaba su lugar, se había simplemente adelantado. Menos mal, así es, estaba ahi metido entre el resto de mortales disfrutando de su cafe y leyendo de su ipad o movil las últimas noticias que nos acosan. A veces ocurre, que la rutina nos conduce a pensar que conocemos a esas personas que cada día nos acompañan en nuestro quehacer cotidiano. No se como te llamas, aún no lo se, pero sin duda te conozco, se que fumas, que eres serio y que te gusta estar al día en las últimas nuevas.

miércoles

27 de marzo de 2013


Tu mirada, resplandor en calma de mis tinieblas,
tus palabras, antídotos contra el absurdo cotidiano que me acecha.
Y tu ausencia, ésa, la que me acompaña,
la que poquito a poco se va apoderando de todo lo que soy.

La sombra que observa dormida las casas de la gente que ha olvidado de donde viene.
Las miradas perdidas de aquellos o estos,
de los que hemos olvidado sus nombres.
Nuevos seres se apoderan de nuestras mentes,
nuevos engendros que descubrirán bajo unos grandes ojos sus penas y angustias
de un mundo que va oliendo a putrefacto.
Volver a escuchar un susurro que me dé lo que nunca escuché.
Sentir algunas caricias que envuelvan la felicidad con algo mío.
Querer,
sentir que soy querida.
Que una cucaracha negra se acerque a un rosal de tronco ancho y pinchas grandes,
con el capullo apunto de abrirse,
cucaracha pequeña y sabia que se atreve a escalar,
a pasar por las puntas electrizantes y llegar a la cumbre,
donde se encuentra lo único que merece la pena de esto,
de la mañana,
de la noche.

Soy un bicho oscuro tendido sobre una tormenta de ácido.
Siento como se deshace el soporte que me aguanta y sola,
totalmente sola.
Nadie hay cuando nada ves,
mi vida se quedo allí,
aquí sólo me queda un charco que bajo un Sol vibrante se va secando.

viernes

1 de febrero de 2013

Ayer se inauguró la exposición Errando por Madrid, me volví a descargar, volví a sentir miedo y taquicardia, volví a sentir lo que nunca quiero volver a sentir, y a desear eso que sólo algunas cosas te dan. Tuve sorpresas muy gratas de amigas que hacía una eternidad que no veía, y de otros y otras que no esperaba encontrarme allí. La alegría de estar rodeada de aquellos a los que quieres. Gracias a todos por vuestra presencia. A Patri por haberlo hecho posible, a Elena y Nicolás por las herramientas que me consiguieron desinteresadamente en su momento para desarrollar la obra, a Luís Ángel Abad "Koldo" porque como gran maestro y profesor, después de 4 años aún retumban sus palabras en mi mente. A todos los que habéis hecho posible con vuestro día a día y vuestra compañía que esto saliera adelante, porque Madrid sin vosotros no hubiese sido nada... I a vosaltres pares i tata, per existir.

Errando por Madrid:

Hace varios años empecé a hablar del significado del recorrido en la configuración de nuestra identidad, de cómo los caminos que deambulamos se convierten en cicatrices en la estructura de lo que somos. Hoy estoy en Madrid, y tengo demasiados pasos arrastrados por estas aceras, la búsqueda de la felicidad congelada en azulejos que llegarán a configurar mi “hogar”.
Recorriendo aprendemos, es viviendo como sacamos el mejor provecho a nuestra formación. Aplicando en cada paso lo que ayer vimos o recordando lo que antes de ayer escuchamos. Es de ésa, la única manera de la que sacaremos la esencia de la vida, recorriendo, atentos, alerta. 
A modo de diario en el proceso que desarrollo, cargada del maravilloso invento de poseer una cámara en mi bolsillo las veinticuatro horas del día, ataviada también de una libreta y un boli, he aprendido a sacar provecho de la nada. Llevaba tiempo queriendo construir algo con todo eso que se amontonaba en mi cabeza, libretas y ordenador, como esos puntos en el camino que deciden un quiebro, cambio de sentido, cada uno de estos ”azulejos” son un parón, un tropezón de ese vomito. He construido mi hogar errando por Madrid, ahora este es mi lugar.




















































Azulejos blancos de 20x20cm

11 de enero de 2013

Ha empezado el nuevo año y con él, las ganas de subirme a ese toro enfurecido y cabalgar por encima de todas las barreras y fronteras agarrándome a los estribos con fuerza y rabia.

Estas navidades he estado en casa y he aprovechado para recoger todo aquello que mis padres como tesoros han ido colgando por todas las paredes, parece un museo de obra artística mía, las fotos son calidad móvil, pero ya tenía ganas de recogerlo, a veces creo que no le he dado importancia a aquello que he ido haciendo, si yo no tengo aprecio por aquello que hago, quién lo va a tener.

Son cuadros en su mayoría viejos, algunos de cuando aún iba al colegio, otros de inicios del instituto, experimentaciones, y regalos apresurados, como en el caso del cuadro de mi abuela, que se lo prometí durante mucho tiempo, cuando aún vivía, y lo fui dejando y dejando y un día enfermó, y entonces corrí para acabarlo, quería que ella fuese capaz de reconocerse, necesitaba llegar a tiempo, tuvo en medio de aquel infernal mes un periodo de mejoría, lo acabé, y quiero pensar que ella sabía lo que le enseñaba, sabía que era un retrato suyo, que aunque tarde había llegado a tiempo, a la semana de aquello, murió. Hoy el cuadro, mi madre, su hija, lo tiene colgado en su estudio.